A mediados del mes de marzo de 2020 irrumpió en nuestras vidas un virus desconocido que ha cambiado en gran medida nuestros hábitos de higiene, las relaciones sociales y familiares y muy especialmente nuestro entorno laboral. Hemos dejado de ir a la oficina y se ha implantado el teletrabajo.
Desconocemos cuanto va a durar esta pandemia y ni siquiera sabemos si llegará un momento en que todo vuelva a ser como antes. Quizá muchas empresas jamás vuelvan a hacer presenciales ciertos empleos.
No nos ha quedado mas remedio que ir acostumbrándonos a trabajar desde casa algo que tiene aspectos positivos y también negativos.
Es indudable que trabajar desde el domicilio particular tiene una serie de ventajas entre las que cabría destacar la ausencia de desplazamientos, la optimización del tiempo, la flexibilización de la jornada laboral, y por supuesto la conciliación familiar, amén del descenso en la contaminación.
Si la gestión del tiempo es adecuada, el teletrabajo puede ser una opción, en principio cómoda para el trabajador, ¡pero cuidado! También puede tener una serie de desventajas e inconvenientes a tener en cuenta:
Falta de socialización. Los seres humanos somos seres sociales y sociables. El aislamiento puede producir ansiedad, síntomas depresivos e irritabilidad. Necesitamos compartir con otros seres humanos los sentimientos, los logros y los problemas. La sensación de estar solo, de no tener el apoyo de los compañeros puede ser muy frustrante.
Falta de movimiento. No tener que desplazarse hasta el trabajo lo entendemos como una ventaja, pero realmente no lo es del todo. Que la distancia entre nuestro dormitorio y nuestro trabajo sean apenas unos pasos por el pasillo, supone una disminución muy importante del movimiento y por tanto del gasto de energía.
Este aumento del sedentarismo tiene una serie de consecuencias en nuestro organismo:
- Alteraciones del sueño. Si no hay actividad física durante el día, es mas difícil conciliar el sueño. Si además no se sigue una rutina de horarios, los ciclos circadianos se alteran y se puede producir insomnio.
- Alteraciones del peso. Si unimos la falta de actividad física con la cercanía al frigorífico, la consecuencia está irremediablemente pasa por un aumento de peso.
- Trastornos digestivos. Especialmente estreñimiento. Si a los cambios en la dieta se le suma la falta de actividad física es lógico que el tránsito intestinal se vea alterado, demorándose cada vez mas en el tiempo las deposiciones.
- Dolores musculares. Son varios los factores que influyen en este sentido. Por un lado, el mayor número de horas frente al ordenador siempre es perjudicial para las regiones dorsal y cervical. Por otro lado, hay que tener en cuenta que en el domicilio, no siempre se tiene un lugar óptimo para trabajar. Hay personas que trabajan sentadas en un sofá, o en una mesa pequeña o con sillas inadecuadas. Es muy recomendable que cada hora y media o dos horas se haga una pequeña parada en el trabajo y se realicen ejercicios de estiramiento muscular, caminar un poco, por ejemplo hasta una ventana alejada del lugar de trabajo, mirar a través de ella, después estirar la musculatura y volver al ordenador ya mas descansado.
- Pesadez en las piernas, alteraciones de la circulación de retorno. La falta de ejercicio empeora la sintomatología de la enfermedad venosa crónica; además, la posición de sentado dificulta el retorno.
- Fatiga visual. Nuestros ojos necesitan mirar de cerca y mirar de lejos. El cambio en l enfoque es un ejercicio necesario para los ojos como caminar lo es para las piernas. Estar mucho tiempo viendo nada mas que una pantalla de ordenador a medio metro, produce fatiga visual. Es conveniente levantarse de vez en cuando y mirar a lo lejos.
¿Cómo podemos minimizar estos efectos negativos del aislamiento laboral?
En primer lugar, siguiendo los consejos sobre levantarse y hacer estiramientos de los que hablábamos antes, levantarse cada hora y media o dos horas, caminar un poco, por ejemplo hasta una ventana alejada del lugar de trabajo, mirar por ella, después estirar la musculatura y volver al ordenador ya más descansado.
También tendremos que tener un especial cuidado con la alimentación. Hay que seguir bebiendo los dos litros diarios de agua y comiendo sano. No hay excusa para abandonar las buenas costumbres.
Mucho cuidado con la gestión del tiempo. Si es necesario se puede hacer un horario orientativo, que respete los tiempos de trabajo y los tiempos de ocio y que establezca una rutina que nos aporte regularidad.
Y muy, muy importante es seguir comunicándose con otras personas, con los otros compañeros de trabajo. Ahora disponemos de múltiples herramientas que hay que conocer y aprovechar, pero quien se sienta intimidado con las nuevas tecnologías no debe perder tampoco esta opción y sigue siendo válida la simple y reconfortante llamada de teléfono.